Y esperas....

Y sinceramente esperas que vuelva, que venga para que le acaricies porque no le encuentras utilidad a tus manos si no es para surcar entre sus lunares perdiendote en cada uno de esos agujeros negros.
Piensas que algún día volverá y que todo será como antes pero.... no. Ni volverá ni será como antes porque entre vosotros algo se ha roto y eso hace que esperes, esperes, esperes... a algo que no va a suceder.
Sigues pensando que cuando vuelva podrás tirar tu llave de la salida de emergencia y que podrás dejar un hueco en tu corazón para la felicidad, pero ignorante de ti que sigues pensando que la felicidad cuando se siente realmente solo ocupa un hueco.
Lo ocupa todo.
Y esto no se aprende así porque sí sino que se aprende tras haber comprobado que el vacío que deja una persona que se va es mucho más grande que tus lágrimas de por la noche o de tus sollozos entre sueños, esto por desgracia solo lo conocemos nosotros. Los olvidados de amados.